EL APRENDIZ
El joven aprendiz contaba con 25 años de edad. Su camino empezó temprano, muy temprano, pero su entrenamiento había comenzado recién a los 15 años, cuando una tarde de otoño su mentora le había propuesto ingresar a la orden para comenzar el estudio y entrenamiento en las artes mágicas. Diez años después de ese acontecimiento el aprendiz creía que ya dominaba el manejo de energías, que estaba a la altura de su mentora, una Amasterdama de grado illuminati 36/66 que había invertido muchísimos años de su existencia preparándose en una orden esotérica, estudiando y entrenando en las artes mágicas del manejo de energías. En ese entonces el aprendiz de mago era soberbio, atrevido e inconsciente, pues aún no había comprendido que la magia no estaba en lo que conocía o aprendía, y que los “dones” que le habían concedido solo eran herramientas para su entrenamiento, la magia estaba en la experiencia de lo aprendido, la experiencia que le otorgaría la sabiduría de como y cuando utilizar la magia luego de muchos años de estudio, entrenamiento y experimentación, de caídas y tropiezos, de aciertos y errores, de voluntad, perseverancia y confianza en lo que su mentora le decía y enseñaba, hasta encontrar el equilibrio entre la humildad y el agradecimiento, entre la paciencia y la inmediatez, entre la consideración y el respeto, entre lo que se desea hacer y lo que se necesita hacer, entre el querer y el poder, entre lo que quisiera que sea y lo que realmente es.
El aprendiz de mago creía erróneamente que podía manejar energías, que podía lidiar con lo propio y lo ajeno, que estaba en condiciones de enfrentar a ángeles y demonios, que dominaba su emocional, que había unificado sus múltiples yoes, que su ego estaba controlado, que su mental estaba limpio y ordenado y que podía desafiar al propio demonio sin consecuencia alguna. ¡¡Qué gran error!! ¡¡Qué gran fantasía del aprendiz de mago creído preparado!!, por algo el aprendiz es Aprendiz y el maestro es Maestro, pues este tiene la experiencia y la sabiduría que aún le faltan al alumno. El diablo sabe por diablo, pero más sabe por viejo y fue de la peor de las maneras, que el aprendiz al fin lo pudo comprender.
Hacía tiempo que su mentora le advertía que aún no estaba preparado, que no veía la totalidad, que nada es lo que parece, que todo tiene su tiempo y lugar, pero el aprendiz no llegaba a comprender. Eso llevó al aprendiz a alejarse, cosa común en cierta etapa del aprendizaje donde el alumno necesita reforzar y validar su lugar de Aprendiz, pero el mayor error lo cometió una noche cuando en una reunión intentó demostrarles a sus iguales sus poderes por sobre los demás, subiéndose a su propio pedestal de mago y dándoles clases a sus iguales. Fue entonces donde desafió a un demonio para mostrar sus dones, manejo de energías y poderes mágicos. No terminó de decir la frase desafiando al demonio, cuando todo se salió de control. El aprendiz conoció el infierno en un soplo, y sufrió la peor de las pesadillas, la del hombre muerto que sueña estar vivo sin moverse de su tumba, descubriendo en un instante, que había perdido un universo.
Le llevo dos años recuperar lo perdido y recuperarse completamente de ese encuentro. Dos años de trabajo intenso por ambos lados de la cinta intentando equilibrar los desajustes causados por su soberbia, ignorancia e idiotez. Dos años en solitario, sin dones, sin entrenamiento, sin los consejos de su mentora que cuando se enteró de lo sucedido, solo dijo que no necesitaba más entrenamiento, sino una escoba para limpiar sus propias y ocultas miserias, y que cuando terminara de barrer podría retomar sus estudios nuevamente como Aprendiz. No fue el demonio, no fue su mentora, fue el universo equilibrando la ecuación. Hoy el Aprendiz es un Alto Mago que sabe más por viejo que por diablo y que les recuerda siempre a los nuevos aprendices, que cada uno vive en el universo que quiere vivir y existe en el que puede soportar, pues los límites no los impone el Maestro, sino el joven e inexperto aprendiz.
BONUS TRACK
Hacía tiempo que su mentora le advertía que aún no estaba preparado, que no veía la totalidad, que nada es lo que parece, que todo tiene su tiempo y lugar, pero el aprendiz no llegaba a comprender. Eso llevó al aprendiz a alejarse, cosa común en cierta etapa del aprendizaje donde el alumno necesita reforzar y validar su lugar de Aprendiz, pero el mayor error lo cometió una noche cuando en una reunión intentó demostrarles a sus iguales sus poderes por sobre los demás, subiéndose a su propio pedestal de mago y dándoles clases a sus iguales. Fue entonces donde desafió a un demonio para mostrar sus dones, manejo de energías y poderes mágicos. No terminó de decir la frase desafiando al demonio, cuando todo se salió de control. El aprendiz conoció el infierno en un soplo, y sufrió la peor de las pesadillas, la del hombre muerto que sueña estar vivo sin moverse de su tumba, descubriendo en un instante, que había perdido un universo.
Le llevo dos años recuperar lo perdido y recuperarse completamente de ese encuentro. Dos años de trabajo intenso por ambos lados de la cinta intentando equilibrar los desajustes causados por su soberbia, ignorancia e idiotez. Dos años en solitario, sin dones, sin entrenamiento, sin los consejos de su mentora que cuando se enteró de lo sucedido, solo dijo que no necesitaba más entrenamiento, sino una escoba para limpiar sus propias y ocultas miserias, y que cuando terminara de barrer podría retomar sus estudios nuevamente como Aprendiz. No fue el demonio, no fue su mentora, fue el universo equilibrando la ecuación. Hoy el Aprendiz es un Alto Mago que sabe más por viejo que por diablo y que les recuerda siempre a los nuevos aprendices, que cada uno vive en el universo que quiere vivir y existe en el que puede soportar, pues los límites no los impone el Maestro, sino el joven e inexperto aprendiz.
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