El hombre está programado para pensar de una determinada manera, la inteligencia artificial de la unidad de carbono Humano fue diseñada para un razonamiento lineal, y en compartimentos estancos (lugares cerrados sin conexión entre sí), sin cruce de datos ni análisis profundo de información, con capacidad de aprender pero siempre lo que se le dice como algo preestablecido; esto sucede ahora en el noventa y ocho (98%) de la población, la que tiene instalada el Sistema Operativo más básico. El pensamiento lineal asegura que la primera información que recibe sea por lo general aceptada como verdadera, los compartimentos estancos evitan el cruce de datos y que sea relacionada con otra información, y la capacidad de aprender lo que se le dice como preestablecido, evita el aprendizaje individual por auto análisis de la información. Todo esto forma la programación perfecta para poder mantener el control total de la unidad Humano, y dirigir al rebaño a sus respectivos corrales sin que nadie cree problemas.
Pongamos un ejemplo de como funciona todo esto. Los medios de comunicación (gráficos, televisivos, radiales) transmiten una información referida a una exposición de la actual situación política y social del país, con juicio de valor (opinión personal del medio), diciendo que esto solo puede suceder en un país tercermundista como el nuestro y con los actuales gobernantes, la información dice lo siguiente:
«Hoy, hemos derrotado la frivolidad y la hipocresía de los intelectuales progresistas. De esos que el pensamiento único es el del que lo sabe todo y que condena la política mientras la practica. Desde hoy no permitiremos mercantilizar un mundo en el que no quede lugar para la cultura: Desde 1968 no se podía hablar de moral. Nos impusieron el relativismo. La idea de que todo es igual. Lo verdadero y lo falso. Lo bello y lo feo. Que el alumno vale tanto como el maestro. Que no hay que poner notas para no traumatizar a los malos estudiantes. Nos hicieron creer que la víctima cuenta menos que el delincuente. Que la autoridad estaba muerta, que las buenas maneras habían terminado, que no había nada sagrado, nada admirable. El slogan era: VIVIR SIN OBLIGACIONES Y GOZAR SIN TRABAS.Quisieron terminar con la escuela de excelencia y del civismo. Asesinaron los escrúpulos y la ética. Una izquierda hipócrita que permitía indemnizaciones millonarias a los grandes directivos y el triunfo del depredador sobre el emprendedor. Esa izquierda está en la política, en los medios de comunicación, en la economía. Le ha tomado el gusto al poder. La crisis de la cultura del trabajo es una crisis moral. Hay que rehabilitar la cultura del trabajo. Dejaron sin poder a las fuerzas del orden y crearon una frase: Se ha abierto una fosa entre la policía y la juventud: Los vándalos son buenos y la policía es mala. Como si la sociedad fuera siempre culpable y el delincuente inocente. Defienden los servicios públicos pero jamás usan transporte colectivo. Aman mucho a la escuela pública pero mandan a sus hijos a colegios privados. Adoran la periferia pero jamás viven en ella. Firman peticiones cuando se expulsa a algún ocupa, pero no aceptan que se instalen en su casa. Son esos que han renunciado al mérito y al esfuerzo y que atizan el odio a la familia, a la sociedad y a la república.Hoy debemos volver a los antiguos valores del respeto, de la educación, de la cultura y de las obligaciones antes que los derechos. Estos se ganan haciendo valer y respetar los anteriores.»