La farsa y verdaderas intenciones de Cristóbal Colón
Ahora, como colofón para el programa, me toca aportar mi granito de arena con el revisionismo histórico. En esta editorial DDLA, me voy a centrar en un momento muy relevante de la historia, el falso descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón. Parece mentira que todavía se siga atribuyendo este acontecimiento al perverso Colón. Y digo bien, al llamarle perverso, pues en realidad fue un judío oportunista, que conoció por otros la existencia del continente americano, así como mapas para llegar. Y montó una farsa para poder capitanear una expedición de barcos, liderando a una tripulación tambien judía, cuyo fin es ya conocido por todos, e injustamente atribuido a los españoles: la masacre de los pueblos indígenas y el saqueo de sus riquezas. Estos fueron, en esencia, los hechos acaecidos. Pero vayamos por partes.
En cuanto al descubrimiento en sí, la colonización de América del Norte por parte de los vikingos es un hecho bien conocido, y además, documentado arqueológica e históricamente. El filósofo, sociólogo y antropólogo Jacques de Mahieu, va más lejos y los ubica en tierras de Bolivia, Perú, Paraguay, Chile y Argentina.
Pero aunque quizás sea menos conocido, hubo otros pueblos que tambien llegaron a América antes que Colón.
Por ejemplo, se han encontrado restos de origen sumerio en el altiplano andino. Concretamente, cerca del lago Titicaca, fue encontrado un cuenco, al que estiman entre 3000 y 5000 años de antigüedad, y que fue bautizado como la fuente magna. Este cuenco está cubierto con inscripciones cuneiformes, que tras ser analizadas por diversos lingüistas, resultaron ser sumerias, y hacen referencia a la primera diosa sumeria, y madre de Enki.
Y por si fuera poco, cerca de las ruinas de Tiwanaku fue encontrada otra pieza que también comparte las mismas características que la descrita, en cuanto a presentar escritura cuneiforme. Una estatua bautizada como Monolito Pokotia.
Una hipótesis, forjada por el argentino Bernardo Biados y el boliviano Freddy Arce, se centra en que la existencia del Nuevo Mundo era perfectamente conocida por los fenicios, los cartaginenses y los egipcios, los cuales presuntamente habrían circunnavegado África durante el I milenio a. C., y que dichos conocimientos provenían de los sumerios.
Otro pueblo que llegó a tierras americanas mucho antes que Colón fué el pueblo chino. Los petroglifos encontrados en América del Norte indican que los antiguos exploradores chinos se pusieron en contacto con nativos americanos.
El investigador John Ruskamp afirma que fueron realizados 2.800 años antes de que Colón pisase aquella región.
Este hecho es corroborado también por Jacques de Mahieu, que también los ubica en sudamérica, y quien además, postula otra visita precolombina, la de los templarios. Ésta comienza con el viaje de retorno y llegada a Europa de un grupo de descendientes de vikingos daneses de Tiwanaku, quienes traban relaciones con la Orden Templaria asentada en el Puerto Militar de La Rochelle (Francia).
Por último, comentar que hay referencias a otros pueblos que también pudieron llegar antes que Colón, como son los polinesios, los malienses o el pueblo hindú. Algunos seguro que quedan en el tintero, pero lo importante es que queda patente que Colón no descubrió nada. Les invito a que hagan sus propias averiguaciones.
En cuanto a las abominaciones cometidas contra los pueblos indígenas, formaron parte de un plan, que ya venía de muy atrás y que se extiende hasta nuestros días.Los que han seguido este programa desde sus inicios, y los que hayan leído los artículos del blog, ya sabrán a qué plan hago referencia.
Somos de naturaleza hiperbórea por herencia de sangre, nuestro ADN original es hiperbóreo. Pero para poder llevar a cabo el plan de implantar una sociedad basada en la Cábala, debían erradicar todo conocimiento sobre nuestros orígenes, mediante la ocultación de nuestra historia antigua más pura, acabando, para lograrlo, con todos los pueblos que vivían acorde a la línea de conocimiento hiperbórea, que es la natural, la que nos corresponde como humanidad consciente y libre. La línea de la cábala es la del pacto, donde se le entrega a la raza elegida por las sombras, el conocimiento y las herramientas para nuestra dominación como especie.
Volviendo a Cólon, éste era un marrano, que es como se llamaba en la Península Ibérica a los judíos falsamente conversos.En España, fue recibido, ayudado y financiado por marranos. Consiguió la autorización de la Reina para iniciar la expedición, que partió del puerto de Palos curiosamente de madrugada, a escondidas, y el mismo día que vencía el plazo para que los judíos no conversos abandonaran España. Se pueden figurar que tripulación llevaba en las carabelas.
Ellos iban como he comentado con un plan predefinido. Pero entonces, ¿Qué papel jugó la Corona Española en los crímenes cometidos contra los pueblos indígenas? Juzguen ustedes mismos.
La Reina Isabel la Católica fue la primera persona que se preocupó por los derechos de los indios: determinó que seguirían siendo los propietarios de las tierras que les pertenecían con anterioridad a la llegada de los españoles y, en el año 1500, dictó un decreto que prohibió la esclavitud.En su última voluntad, dice, a este respecto:»no consientan ni den lugar a que los indios, vecinos y moradores de las Indias y Tierra Firme, ganadas y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas ni bienes, antes al contrario que sean bien y justamente tratados, y si han recibido algún agravio que lo remedien y provean.»
Más adelante, en 1540, una junta de la Universidad de Salamanca convocada por el emperador Carlos V concluye que «tanto el Rey, como gobernadores y encomenderos, habrían de observar un escrupuloso respeto a la libertad de conciencia de los indios, así como la prohibición expresa de cristianizarlos por la fuerza o en contra de su voluntad».Con el tiempo se va formando un cuerpo de normas, las llamadas Leyes de Indias, que recogen los derechos de los indios.
Como puede apreciar, la actitud de los monarcas españoles contra la esclavitud fue decidida. Isabel la Católica y el Emperador Carlos V promulgaron decretos que vedaban esa práctica. Más tarde, El Rey Felipe II prohibió una vez más la esclavitud, e incluso la hizo extensiva dicha prohibición a la entonces incipiente «importación de esclavos negros». La postura de la Corona Española concuerda con una postura humana.
Y contrasta con los planes de esta raza parásita, usurera y genocida, elegida por las sombras y que ha sido expulsada en más de 300 ocasiones a lo largo de la historia. Pienso que no habrá sido por su buen hacer.
Bueno, esta breve exposición es solo una muestra, como la de mis compañeros, que esperamos sirva como punto de partida para vislumbrar el grado de manipulación y mentira al que han sometido a los acontecimientos de nuestra historia. Como es natural, queda en usted la última palabra. No pretendemos que nos crea, pero si que dude. Investigue, y dese la oportunidad de discernir que hay de verdad entre tantas mentiras. Por mi parte, nada más, me despido hasta el próximo programa. Hasta entonces, un saludo, y feliz existencia.
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