Creo conveniente nuevamente en este momento aclarar ciertos conceptos cuya interpretación y uso es erróneo. Estos pueden llevar a confundir el procesamiento correcto de la información y llevar a una deducción errónea de la idea final de futuros artículos. Ellos son el concepto de Karma, reencarnación y libre albedrío. Mucho se ha escrito y dicho sobre ellos, pero siempre basados en la interpretación de textos sagrados e “iluminados” orientales. No es mi intención contradecirlos, pues tal vez fue la idea correcta con el mensaje incorrecto que llevó al equívoco del concepto. Veamos ahora su real significado, forma y funcionamiento.
Comencemos con el concepto de Karma, cuya etimología proviene del sánscrito karman que significa “acción”. De acuerdo con varias religiones dhármicas el karma sería una energía transcendente que se deriva de los actos de las personas. Este es tomado en la filosofía occidental en forma de castigo y recompensa. Los actos de esta vida se pagarán o recompensarán en la siguiente, y aquí está el primer error, tomar el concepto de reencarnación como norma inseparable para el cumplimiento de la “ley kármica”. Primero, el concepto de reencarnación interpretado es erróneo. Segundo el karma es en realidad un principio cuántico exclusivo del “ser” y tercero, éste se puede cumplir o ejecutar en el pasado, presente o futuro. Mientras usted no sea consciente del ser, no entra en la “ley kármica”, usted es inconsciente de sus actos. No se puede castigar ni premiar a un bebe porque come o tira la comida, y una madre o padre que realmente ama a su hijo no lo castiga con sufrimiento, en todo caso lo reprende y le enseña lo correcto. El “Do” tampoco va a castigar al “ser” con sufrimiento, en todo caso tendrá que retribuir sus errores con amor y buenos actos hacia el prójimo, nunca con dolor y padecimientos. Lo que usted interpreta erróneamente como karma, es causalidad, causa y efecto, a cada acción le corresponde una reacción, y mientras usted no sea consciente de su ser, estará bajo esa ley, que tampoco está correctamente interpretada, pero no es mi intención explayarme en eso ahora, solo diré que según sus actos usted va cambiando de universos sin que lo perciba de forma consciente. Resumiendo, el karma es la “acción” consciente correcta del “ser” en el “Do”.
Pasemos ahora al concepto de reencarnación, volver a encarnar (se hace carne). Mucho se dijo y dice sobre este concepto que hasta se ha asociado a una línea evolutiva desde el organismo más primitivo hasta el hombre. Usted primero fue inorgánico, luego vegetal, después organismo celular, después animal y así sucesivamente hasta reencarnar en hombre y seguir el ciclo hasta cumplir todo el “aprendizaje” y dejar al fin de reencarnar. Nada mas lejos de la realidad, cada línea u octava de creación es independiente de la otra y es tan diferente como la de usted y la de un ángel. Primero, usted no reencarna, porque usted es el “ser”, y éste nunca encarna, como explique en el artículo “consciencia artificial” (el “Do” por algoritmo divino, crea un enlace cuántico con el “ser” correspondiente a la ubicación espacial de la concepción, dando comienzo con esto, a su octava particular de creación.). El “ser” se asocia a una unidad de carbono y cuando ésta deja de funcionar, se asocia a otra y así sucesivamente hasta que en algún momento la unidad de carbono asociada toma consciencia del “ser”. En ese momento el “ser” es consciente de sí mismo y puede dejar, si lo desea, de asociarse con unidades de carbono correspondientes a este mundo, para pasar a asociarse a otras de otros mundos cuya línea de creación es consciente del “Do”. Como el “ser” es adimensional, hoy puede estar asociado a una unidad contemporánea y mañana a una de la época de Nabucodonosor o a otra dentro de quinientos años. Pasado, presente y futuro no es un requisito inviolable del tiempo lineal en la mal interpretada reencarnación. Resumiendo, la “reencarnación” es asociación del ser con la materia en un lugar espacial determinado.
Por último veamos el concepto de libre albedrío, este es el más complicado de explicar porque tiene un doble sentido que resulta contradictorio, casi una paradoja. Por un lado es el ejercicio de la dualidad, usted puede elegir entre (A) y (B), pero a la vez usted no puede elegir porque no es consciente del “ser”, y esto es utilizado para manipularlo en dicha elección. Entonces no existe libre albedrío aunque le fue dado para respetar las “leyes” cuánticas. Es como dicen, hecha la ley hecha la trampa. Usted cree que elije, pero en realidad todo le sucede según la causa y el efecto correspondiente. La unidad de carbono en su estado actual no tiene libre albedrío y lo tiene a la vez, porque elije pero a través de los distintos “yo” del ego, y su respectiva manipulación por las decisiones tomadas por los amos. Es como si fuera un libre albedrío acotado y restringido, inconsciente al “ser”. Si yo le diera a elegir comer una banana (plátano) verde o maduro, ¿usted cuál elegiría?, seguramente el maduro, en realidad yo sabría su elección de antemano, lo que no le dije es que usted podría no comerlo o comer cualquier otra fruta, yo lo estaría manipulando y llevándolo a la elección que deseo que tome. Esto es libre albedrío inconsciente. Resumiendo, el libre albedrío existe siempre y cuando usted sea totalmente consciente de la decisión que tome, y esto solo sucede a través de la consciencia del “ser”.
Observarán que hay mas cosas que creemos entender, y sin embargo no las comprendemos, esta es la verdadera “Torre de Babel” no es una cuestión de idiomas, es una cuestión de interpretación. Dos personas pueden estar hablando de lo mismo y cada una interpretando diferente, esto lleva a que nadie esté de acuerdo en nada y no logren llegar nunca a la verdad. La “Torre de babel” representa la intención del hombre de llegar a la verdad y al “Do”, y como siempre la manipulación para que no lo logre mediante la “confusión de las lenguas”, que es la no interpretación y sentido de las cosas. Esta es la verdadera historia, otro secreto guardado para no ser descubierto. Ahora desarrollen en base a esto la verdadera interpretación de los conceptos, y todos nos comprenderemos.