Realmente dudo en ponerme ahora a desarrollar detallada y profundamente este concepto y conocimiento de sujeto y objeto (S/O, por tal motivo sólo haré una pequeña introducción informativa al respecto, pues su interpretación es tan amplia y rica que la filosofía tiene un apartado especial para tratarlo dentro de La epistemología, del griego ἐπιστήμη (episteme), «conocimiento», y λόγος (logos), «estudio», que es la rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es el conocimiento, pues es en éste, que se encuentra con mayor significado e influencia, los conceptos de S/O. Hay mucho desarrollo filosófico sobre este tema, y no es mi intención entrar en esta clase de debate, pues sería una cuestión interminable de análisis y conceptos. La idea de desarrollar el conocimiento de sujeto y objeto, es por una cuestión de expansión de la esfera de consciencia, y debe desarrollarse desde el punto de vista utilizado en la mayoría de los artículos de este espacio, desde su parte energética y su influencia en la consciencia del portador de la intención inicial que lo contiene, o sea desde su concepto como “paquete de instrucciones de datos”.
Igual que en el caso de los grados jerárquicos, el sujeto y objeto influye directamente en la materia de la consciencia y energía del portador, pues estos tienen una estrecha relación con la expansión de la esfera de consciencia, dándole el significado al S/O que esta pueda abarcar. Desde el punto de vista epistemológico de la filosofía, el sujeto y el objeto tienen una forma inamovible y bien diferenciada que podríamos resumir con estas citas de un trabajo de los profesores investigadores Ivette Flores Jiménez, Ruth Flores Jiménez y Juan José Aguilar Lugo Marino de la UAEH:
“El Sujeto es el elemento de la relación que, en su acto de conocer, recibe las imágenes del mundo, las procesa y las explica a través del lenguaje y genera un juicio. La noción de sujeto se puede entender en dos dimensiones, amplio y estricto. En sentido amplio se entiende al sujeto como al hombre en su “entera naturaleza”, sus sentidos, sus facultades, es decir, lo que compone al hombre en su conjunto, que es el que conoce. En el sentido estricto, la noción de sujeto hace referencia al “mundo interior” del hombre, es decir, al “centro al que se le imputan la conciencia y a los actos intelectuales del hombre”; por ello el sujeto, epistemológicamente hablando, “es lo que subyace al hombre, es decir, lo que se considera su ser más íntimo y profundo “
El Objeto, el otro elemento que compone la relación, se puede entender como “lo que yace ante esa intimidad del hombre o está puesto ante ella de modo que pueda ser conocido”. Asimismo el objeto goza de dos sentidos, amplio y estricto. En sentido amplio, el objeto de conocimiento en su conjunto es el “mundo exterior”, dotado de una existencia independiente del pensamiento del hombre. En sentido estricto, el Objeto, “no es la cosa o fenómeno parte del mundo exterior conocido, sino lo que hay de inteligible en esa cosa capaz de ser percibido y captado en el acto de conocimiento”
Ahora bien, desde el punto de vista de la consciencia y la energía, podríamos rescatar dos frases de estos párrafos, que nos marcan el comienzo de este análisis y dan forma a la idea de S/O desde el punto de vista del universo de la información como energía consciente.
El sujeto, “es lo que subyace al hombre, es decir, lo que se considera su ser más íntimo y profundo” (la consciencia del Ser)
El objeto, “no es la cosa o fenómeno parte del mundo exterior conocido, sino lo que hay de inteligible en esa cosa capaz de ser percibido y captado en el acto de conocimiento” (la expansión de la esfera de consciencia)
En este caso la interacción entre S/O es directamente proporcional a la expansión de la esfera de consciencia de nuestro Ser, “es lo que subyace al hombre, es decir, lo que se considera su ser más íntimo y profundo” y lo que esta abarca “…lo que hay de inteligible en esa cosa capaz de ser percibido y captado en el acto de conocimiento” pudiendo variar los roles del sujeto y el objeto según en el universo que se encuentre el observador-observado que son la misma cosa. Por ejemplo, según la expansión de la esfera, Adolf Hitler puede ser considerado un sujeto o un objeto según desde donde nuestra consciencia observe. Como una piedra puede ser g1 o g2 según sea un sujeto desde el punto de vista de Gea o un objeto desde el punto de vista de un Lhumanu, un pensamiento, palabra o acontecimiento puede ser sujeto u objeto según nuestro grado jerárquico (paquete de instruccion de datos) lo perciba.
Hace un tiempo tuve un encuentro con una de mis fuentes, un espía nazi de la segunda guerra mundial, éste me confió y confirmó detalles del escape de Adolf Hitler de Alemania y su posterior entrada y ocultamiento en Argentina, donde vivió y murió a avanzada edad. Me confió donde está enterrado en una tumba NN, cuya clave catastral identificativa de la parcela de la misma, sólo conocen los sobrevivientes nazis de esa época, que lo enterraron en una ceremonia escueta y privada. Nunca podría haber conseguido esta información si no hubiera separado correctamente el sujeto, en este caso en particular el espía nazi, del objeto, la información que disponía. Pues el arquetipo repulsivo de su condición filosófica y partidaria que representa, hubiera hecho imposible el diálogo, confundiendo sujeto con objeto y perdiendo la posibilidad de conseguir esa valiosa información histórica. Este ejemplo muestra claramente lo importante de la expansión de la esfera, no sólo para un crecimiento interior personal, sino para un crecimiento exterior colectivo, interactuando normalmente con cualquier persona y situación, sean amigos o enemigos, pues la interacción no se produce con egos sino con Seres que lo habitan y más allá del sujeto y el objeto que lo identifica, desconectando toda asociación o arquetipo que pueda desvirtuar la intención inicial y el propósito final de una acción determinada y consciente.
Como epílogo final podríamos definir al sujeto y objeto, como los componentes energéticos del paquete de instrucciones de datos contenido en nuestra esfera de consciencia, que le da la posibilidad al Ser, de interactuar con otro Ser sin pasar por el ego. La correcta separación de S/O hace la diferencia entre un humano inconsciente y reactivo, y un Humano consciente y activo, equilibrando las energías en un punto medio entre sujeto y objeto llamado CEHP.