DESDE MI COFA DE VIGÍA: VERDADES Y MENTIRAS
«A la IGNORANCIA, nuestra hermana, nuestra sombra, la que nace larga con nosotros, nos parece diminuta al mediodía, se hace más extensa al final de nuestra jornada y no muere con nosotros, sino que busca otras mentes para perpetuar su triste existencia.»
Me dejé el pelo largo cuando joven, caminé por caminos y veredas de campos y bosques, como “scout” y comencé a amar a la Naturaleza, cuando nadie conocía la palabra Ecología, estuve en manifestaciones por cualquier causa que consideré justa, corrí delante de la policía y de toros, me cortaron el pelo cuando me obligaron a realizar el servicio militar.
Me hice montañero y subí montañas, nadé, remé, navegué en lagos y mares, hice “rafting” en aguas bravas, buceé con bombonas de oxígeno en arrecifes de coral, monté en globo, en helicóptero, entré en cuevas profundas y admiré las estalactitas y estalagmitas, busqué dólmenes que nos dejaron nuestros ancestros, hace miles de años por lugares inaccesibles, plante árboles y me hice ecologista. Mientras seguía buscando.
Participé desde el principio en la “Democracia”, votando a unos y a veces a otros, me impliqué en asociaciones de barrios y en ONGs.
Trabajé, trabajé y entregué muchos años de mi juventud y le di beneficios, a las empresas que me contrataron. Mientras seguía buscando y me convertí en un buscador. Cambié de hogar y de ciudad en varias ocasiones y trasladé mis experiencias y objetos inútiles que iba acumulando a los nuevos lugares, comenzando otra vez con la ilusión de crecer laboral y personalmente. Mientras seguía buscando, sin saber muy bien, que es lo que buscaba.
Escuché muchas canciones, asistí a muchos conciertos y leí muchos libros y mis gustos por la música y la lectura, fueron cambiando con el tiempo y los años vividos. Hice miles de fotografías a lo largo y ancho de mi vida, viajando en coche, en autocaravana, en moto, en barco, en avión, por pueblos, ciudades y países, dormí en buenos hoteles y saboreé manjares en restaurantes de moda, pasé noches en tiendas de campañas y me alimenté con simple comida, en albergues de peregrinos.
Pertenecí a clubs exclusivos de pago, ingresé en grupo secreto y creí que era mejor persona por los conocimientos que me entregaron y que machaconamente practiqué, me buscaron los masones y no me interesé.
Me hice ovolacteo-vegetariano durante varios años, dejé de beber alcohol, hice ayunos, me impuse dietas, me rapé la cabeza, fui a concentraciones por la Paz, conferencias de “Maestros”, charlas de gurús, meditaciones, practiqué yoga, tantra, rituales de Metafísica, llama Violeta, asistí a cursos de “rebirthing”, Reiki, Constelaciones familiares, regresiones y me hicieron acupuntura, osteopatía, auriculoterapia, cristaloterapia, me limpiaron el aura, me alinearon los chacras, me curaron en un temazcal… y no de dejé de trabajar y trabajar, organicé encuentros para otros y yo mismo di cursos y conferencias. Mientras seguí buscando.
El grupo al que dediqué con entusiasmo muchos años, me criticó, me juzgo y me expulsó por rebelde y buscador de nuevos caminos y en mi búsqueda, otros me acogieron con los brazos abiertos.
Vestí ropas caras de moda, rústicos ropajes de peregrino, humildes batas de rituales, solemnes capas de cruzados, chilabas de musulmán y disfraces de carnaval y asistí a eventos, congresos, reuniones, concentraciones, misas, dikras y oraciones; oré, canté, bailé, mantralizé, medité, guardé silencio y seguí buscando.
Mientras buscaba, dirigí un programa de TV, escribí en periódicos, revistas y realicé un programa de radio durante varios años, di mi opinión, estuve a favor, en contra, entrevisté a iluminados, maestros, escritores, líderes de la “Nueva Era”, jóvenes índigos, periodistas, sanadores, políticos, ecologistas… y seguí buscando.
Me fui con chamanes y tome con ellos durante meses ayahuasca y experimenté la fuerza de las plantas de poder… y buscaba y buscaba. Así que viaje al Amazonas, a Brasil, Colombia y fui a las pirámides de Egipto, de México, al desierto jordano de rojas arenas, pisé las tierras de los antiguos profetas del Nuevo y Antiguo Testamento, visité en Grecia la cuna de los filósofos, En Roma me empapé de su legado y visité la pompa del Vaticano, me bañé en cenotes y visité Templos, iglesias, catedrales, sinagogas, altares de santeros Cubanos y también mezquitas. Buscaba y lo que encontraba no me satisfacía.
En Malasia oré en templos budistas y en Turquía por la ruta de la Seda, llegué al lugar sagrado de los Sufíes, leí sus libros y conocí el Camino del Corazón, me emocioné con los giros de los derviches y la música del Ney. Pero seguí buscando…
Un día me paré, cansado de tantos buscadores de la Mentira, de tanta espiritualidad pagada, de conseguir iniciaciones a la estupidez, de culto a ignorantes de la Verdad, de santones depravados que engañan a sus seguidores, de maestritos tuertos que guían a ciegos, de iluminados que creen haber encontrado la Luz suprema y se alumbran con el farol de otro, de aguerridos pastores que conducen a sus ovejas al matadero de la ignorancia, de personas que ven los defectos de los demás y los suyos no caben por la puerta, de echadores de cartas que te adivinan el futuro por un “módico” precio, de machistas y feministas, de sirios y troyanos, de derechas e izquierdas, del Bien y del Mal, de magos blancos y magos negros, de la Nueva Era y de la Vieja Era, de canalizadores de ángeles y Extraterrestres que “vienen a salvarnos”, de los que se consideran dioses y diosas, de los que se reúnen para abrir portales a no sé dónde, de apocalípticos, de los que se autodenominan luchadores contra “El Nuevo Orden Mundial” y poco hacen por si mismo y menos por los que les rodean, pero sobre todo estoy cansado de los que desprecian a los demás, porque consideran que están en posesión de la Verdad.
En fin me he convertido en un disidente, un escéptico, un hereje, que renuncia a la manada y empieza a pensar por sí mismo, cuestionándome todo lo aprendido, ya no quiero construir un mundo nuevo, sino de construir todo el andamiaje de mis paradigmas, creencias y dogmas, basadas en aparentes verdades, antiguas filosofías y religiones que conducen al precipicio de los fanáticos y comenzar con simpleza una vida diferente.
Cada vez tengo menos ataduras con el mundo ilusorio de la Matriz manipuladora. Ya no necesito la aceptación de ningún grupo, sociedad o religión, ni busco la redención fuera de mí, acepto el cuerpo físico que habito y la búsqueda termina dentro de mi Interior, la unión con mi conciencia es ahora mi batalla, mi nueva búsqueda.
«Cuando crezcas, descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías. Si eres un buen guerrero, no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan.» (Pablo Neruda)
Emilio, Webmaster Administrador de:
Domingo, 11 de marzo de 2012
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