«Esta evocación se realiza en día jueves, entre once y doce de la noche, en un lugar retirado donde no se pueda ser visto por nadie. Lo mismo que en las anteriores evocaciones, empezarás trazando, con la espada de Adonay, dos circunferencias concéntricas, de iguales dimensiones, y en el espacio comprendido entre ellas, grabarás, con la lanceta mágica, las palabras siguientes: POR EL DIOS SANTO – POR EL DIOS SANTO – POR EL DIOS SANTO. En el centro del círculo debes trazar los signos cabalísticos correspondientes, empleando en ello el carbón consagrado. El fogón de barro cocido lo colocarás en la parte exterior del círculo, pero muy cerca de él. Los perfumes que debes quemar son los de Júpiter. Harás el sacrificio del gallo, como se ha dicho en las evocaciones anteriores, pronunciando las palabras que siguen: «Carabax kailos anglabis. Recibe, ¡oh Silcharde!, la sangre de esta víctima que sacrifico en tu honor». Los signos cabalísticos que debes dibujar en la tirilla de pergamino virgen son…» (Sigue)
Este es el comienzo del ritual de invocación a Silcharde, el demiurgo del dominio. Se invoca los jueves, y concede al que le evoca un poder dominador sobre los demás hombres; influye en el alma de los poderosos para conseguir de ellos toda suerte de beneficios, empleos y prebendas. El poder es una energía del centro intelectual inferior cuya fuerza radica en el dominio y el miedo, se disfraza de muchas formas, una de ellas y la más conocida, es de “justicia”, su influencia es a través del centro emocional y espiritual. Silcharde no tiene prejuicios, remordimiento o consideración para ejecutar cualquier método para llegar a su fin. El dolor, sufrimiento y muerte son herramientas extorsivas comunes y viables para aquellos que invocan a Silcharde, no hay mediación que detenga su energía de poder. Silcharde es uno de los demiurgos más invocados por los depositarios del Pacto, y su costo en almas es alto, pues la sangre de un gallo no es suficiente para pagar las prebendas que ellos le solicitan, prebendas de poder del sionismo mundial que arrasa la tierra.
Shilcharde fue el primer demiurgo después del Pacto con Yahvé/Jehová (Baphometo), al que Moisés «Moshé» (מֹשֶׁה) invocó, solicitando el poder sobre su pueblo, para lograr dominarlo y así poder gobernar durante 40 años. El primer ritual de cada nuevo primer ministro de Israel, es el ritual de Shilcharde, pidiendo el poder sobre su pueblo y los demás pueblos, su costo en almas se paga en sangre humana. Para los cabalistas sionistas todo es ritual, invocación y sacrificios. Gaza es una prueba de ello. El genocidio no es por territorio, ideología política o diferencias religiosas, es por ritual cabalístico, porque tienen que entregar determinada cantidad de almas a cambio de prebendas otorgadas por los demiurgos invocados, y qué mejor que almas de sus acérrimos enemigos musulmanes. Estamos transitando los tres días de oscuridad donde los demonios caminan por las calles, pero no tienen cuernos y cola o poseen deformes cuerpos y amenazantes rostros, tienen nuestro mismo aspecto, por fuera son comunes humanos, pero por dentro son oscuras sombras del infernal averno de los siete demiurgos en la tierra, los demiurgos dejados por Baphomet en el pacto, como garantía para que se cumpla lo firmado por Moisés y el pueblo ejecutor elegido que son sus representantes y ejecutores en la tierra.