Negativismo y positivismo
“La ciencia y las letras doman las pasiones que engendra la política. Tiempo es ya de que el afecto reemplace en la ley del mundo al odio». José Martí. (Político republicano, pensador y poeta cubano)
Bienvenidos al programa diez de la quinta temporada en DDLATV. Hoy trataremos la dualidad odio y afecto.
Antes de definirlas quiero remarcar bien la disociación de estas dos energías pues de normal, el odio tendemos a ponerlo lo contrario al amor del que dimos cumplida información, que es el miedo. Según el diccionario de la R.A.E se define como:
Odio: Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea.
Afecto: Inclinado a alguien o algo (entre varias definiciones más).
El odio pertenece a las entidades oscuras pues éste, forma parte de su triada energética de la que se nutren y generan su propia alquimia existencial. Estas entidades, consumen la energía que producimos y es por medio de la manipulación a cargo de sus representantes físicos, hacia donde controlan y dirigen al rebaño exprimiéndolo. El alimento de las sombras son N3 (nitrógenos al cubo) y su triada energética difiere a la nuestra que les recuerdo: C + O + N = H. Estas entidades que se nutren de la energía procedente de estados sumidos en las bajas frecuencias, tienen como alimento al Miedo, respiran Pasiones y el catalizador de la reacción alquímica, el Odio.
Les resumo lo dicho en cuanto al proceso alquímico de una sombra:
MIEDO + PASIONES + ODIO = Nitrógenos.
Tres elementos de una alquimia propicia para los demonios, un nitrógeno de las endoenergías, un nitrógeno de los desecho de A.M.O.R y el último un nitrógeno de las exoenergías. Puede que ahora pueda entreverse el motivo del porque nuestra triada energética se encuentra adulterada comenzando por los alimentos (Carbono) donde pese a la apetitosa apariencia, estos cada vez son menos naturales y tendemos a evolucionar a elaboraciones cargadas de químicos que saben bien pero estropean por dentro. Vean como la lecha de vaca que compramos no sabe a la auténtica leche de vaca que teníamos que hervir para matar las bacterias y dejaba una cantidad de nata increíble. Que les voy a contar de la calidad del aire que respiramos (Oxígenos) y finalmente la peor de las tres, los impactos en forma de impresiones que recibimos del entorno (Nitrógenos) donde las noticias son deprimentes y casi que transmiten, que no existen actos de A.M.O.R ni siquiera en el barrio donde vivimos.
Bien, trabajar el Afecto es una de las alternativas y antídoto a educar el odio que deriva, en traiciones, envidia, maldad por pertenecer a quienes hemos descrito. El Afecto nos lleva al aprecio, hacia tanto hacia el prójimo como hacia la belleza de las cosas o el interés hacia otras especies, que con el mismo derecho de existir trabajan en su propia evolución. El Afecto nos aproxima hacia la gratitud de lo que tenemos y hemos obtenido a través del esfuerzo o del ejercicio de nuestras capacidades y talentos. Cuando lo que hacemos da un fruto que salió del fluir natural y desde el disfrute, donde lograrlo no costó ni el esfuerzo ni el sacrificio que reconoce al trabajo, logramos transmutar la energía de un acto en un rayo de libertad pues en verdad se consiguió como un hobby.
Todos los días se tienen muchas muestras afecto en el planeta pero no gusta desde el emocional, que esto se reconozca y esos nitrógenos procedentes de las malas noticias, nos cuentan que debe ser así porque las noticias malas venden aunque yo diría que en verdad cultivan el morbo y si venden, es porque hay alguien que cobra por que existan. El Afecto por naturaleza se canaliza desde el centro instintivo motor pues es automático en su forma de manifestarse. El Odio en cambio tiene influencia a través del centro instintivo emocional y de llevar algún tipo de reacción, es el centro instintivo intelectual quien toma las riendas para satisfacer una traición o un acto de maldad en resumen.
Y esto nos lleva a los 12 Escalones de Heracles.
12 escalones
9.-Robar el ganado de Gerión
En la mitología griega, era un monstruoso gigante, hijo de Crisaor y Calírroe. Gerión es descrito como un ser antropomorfo formado por tres cuerpos, con sus respectivas cabezas y extremidades, según la mayoría de las versiones. Aunque no se suele especificar la forma exacta de la unión entre los tres cuerpos, se le suele representar con una unión lineal o radial por las cinturas. Aparte de estas características, tenía un aspecto humano. Gerión vivía en la isla Garida (actualmente, Cádiz),1 más allá de las columnas de Hércules al oeste Mediterráneo, ya en el curso del Océano. Era dueño de un perro llamado Ortro, y de una espléndida cabaña de ganado que era guardado por Ortro y por un pastor llamado Euritión. Como décimo de sus doce trabajos, Heracles le robó el rebaño que tenía de vacas rojas y bueyes. Gerión fue en busca de venganza y luchó contra Heracles, pero este le lanzó una flecha, envenenada con el veneno de la Hidra, que atravesó sus tres cuerpos y acabó con él.
Este fue el trabajo a cumplir por nuestro héroe es una alegoría hacia la coherencia pues los tres cuerpos de Gerión representan el pensamiento, palabra y la obra. La flecha envenenada los une dando lugar a la coherencia y el veneno que lo mata, representa la muerte de la inconsciencia y el nacimiento de un nuevo estado de consciencia en la persona. Finalmente; el ganado, el perro Ortro y el pastor Euritión, es obvio a que y quien hacen referencia y dejo para que lo maduren ustedes.
Hoy les quiero confesar, que en mi existencia tuve odio como también me habrán odiado, pero hoy quiero contarles una confidencia que me costó casi 40 años caer en la cuenta y va en relación con el tema que nos ocupa. Como les expliqué, procedo de familia de clase trabajadora donde nunca nos faltó pero tampoco sobró, tendría no más de 8 años cuando mi amigo “Paquito”, recibió el regalo de unos coches de juguete y además de metal, de los que no se rompían fácilmente, su padre se los trajo de Alemania como regalo donde estuvo por una formación de trabajo. Créanme que cuando me invitó a su casa para verlos, por no menos de un segundo, sentí la envidia de que los tuviera y yo no, como les digo fueron décimas de segundo pues acto seguido, una voz me dijo; “Es tu mejor amigo ¿Por qué en lugar de envidiar no te alegras por él?”.
Bien, hoy se que nunca he estado solo y que llegar hasta aquí me costó gran parte de una experiencias en esta existencia. Esta invitación de Paquito, nunca podré agradecerla lo suficiente pues desde ese entonces, jamás tuve envidia de nada ni de nadie, me pude vacunar con un antídoto doble hacia el odio autodestructivo y hacia la úlcera de la envidia y no ha sido hasta el momento de escribir lo que les estoy contando, que caí en la cuenta de que nunca estuve solo y el canal siempre estuvo abierto.
Pero no soy perfecto y de verdad, no se como saldré parado de estos 12 escalones, pues siento odio hacia la ingratitud, no soporto a quienes ambicionan y nunca es suficiente con lo que tienen, todo es poco transforman la generosidad por la que debería sentirse privilegiados en insatisfacción y desprecio. Odio a los oscuros y sus tretas, del mismo modo que no puedo aprobar la indolencia del cómodo burgués, que calma su conciencia emocionándose con mensajes nueva-eristas que recibe por whatsapp o poniendo sobre su imagen en la red social, la bandera del país vecino por un acto terrorista pero se come una pizza mientras ve por TV una matanza en Sira, Irak, Afganistán o Somalia. Odio en general, los gestos hipócritas aunque me diga una y mil veces, que cada uno está en su proceso de evolución particular y al final todos llegarán a casa aunque la morada sea diferente en cada caso.
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Jose de Aetamira/MAYODEL68