8) Ningún lobby o grupo económico, financiero, mediático, religioso o gobierno extranjero tendrá injerencia alguna sobre las decisiones internas del país. En caso que así fuera, y que alguno intentara manipular o injerir, se expulsará del territorio a los implicados y el estado (pueblo) se hará cargo de los bienes y servicios de estos conglomerados, siendo estos bienes y servicios confiscados y entregados a los trabajadores de los mismos.
Como ya saben los lectores de DDLA, el mundo está controlado por una serie de corporaciones dirigidas por el gobierno secreto, y son éstas las que verdaderamente dirigen los rumbos de los países, naciones y repúblicas por detrás de sus gobiernos, no permitiendo que estos sean verdaderamente libres y soberanos en sus decisiones. Por tal motivo se identificará y apartará a todo lobby que tenga influencia en las cuestiones del estado, siendo el pueblo (patria), el único con derechos de interferir sobre sus gobernantes (empleados). Si alguno de estos lobbys intenta o persiste en su propósito de injerir e influenciar de una u otra manera en las políticas del país sean las que sean, sus bienes serán confiscados automáticamente y sus responsables expulsados del territorio o detenidos por traidores al Humano.
En caso que las presiones o intentos de manipulación sobre el estado sean de gobiernos extranjeros, se les invitará cordialmente a desistir, o de lo contrario se expulsará del territorio a sus diplomáticos cerrando sus embajadas y quedando sólo sus consulados en el país para cubrir los requerimientos administrativos de sus compatriotas.
En el caso de las religiones, se tomarán las mismas medidas que con los lobbys, con la diferencia que los bienes confiscados sean iglesias, templos, catedrales o cualquier bien mueble o inmueble de la organización religiosa, serán entregados a sus feligreses en comodato, perteneciendo estos bienes confiscados al patrimonio nacional (patrimonio del pueblo) y no a los profesantes u otras organizaciones privadas o estatales que los usufructúen.