CARTA A UN
REY
REY
«Estimada Majestad»:
Le escribo la presente carta para felicitarle por la impecable labor
social que está haciendo por el pueblo al que representa. Admiro las funciones
estratégicamente estudiadas que está llevando usted acabo, así como el
brillante cumplimiento de la agenda dictatorial que todos sus antecesores
tenían preparada desde hace siglos junto con sus camaradas, y que usted prosigue hasta nuestros días usando la
mordaza como prenda oficial entre la plebe. Me asombra la maestría con la
que es usted capaz de someter a su
pueblo sin que este se dé cuenta de nada; es más, es capaz de conseguir el
aplauso, el vitoreo y la veneración por parte de los ciudadanos, mientras usted
les va privando siniestra y paulatinamente de sus libertades. Me pregunto,
«alteza», de que pasta está hecha su conciencia y la de sus esbirros
para abarcar tan macabros planes a lo largo de la historia y puedan seguir
durmiendo tranquilamente por las noches. Eso solo lo hacen los psicópatas;
¿acaso es usted un psicópata «majestad»?.
social que está haciendo por el pueblo al que representa. Admiro las funciones
estratégicamente estudiadas que está llevando usted acabo, así como el
brillante cumplimiento de la agenda dictatorial que todos sus antecesores
tenían preparada desde hace siglos junto con sus camaradas, y que usted prosigue hasta nuestros días usando la
mordaza como prenda oficial entre la plebe. Me asombra la maestría con la
que es usted capaz de someter a su
pueblo sin que este se dé cuenta de nada; es más, es capaz de conseguir el
aplauso, el vitoreo y la veneración por parte de los ciudadanos, mientras usted
les va privando siniestra y paulatinamente de sus libertades. Me pregunto,
«alteza», de que pasta está hecha su conciencia y la de sus esbirros
para abarcar tan macabros planes a lo largo de la historia y puedan seguir
durmiendo tranquilamente por las noches. Eso solo lo hacen los psicópatas;
¿acaso es usted un psicópata «majestad»?.
Mire, vayamos al grano. No le escribo para pedirle clemencia, ni para
hacer que recapacite ni para que se vuelva «bueno», es decir, no
vengo a negociar nada con usted. Solo vengo a por lo que es mío y de mis
hermanos, vengo a por nuestra libertad que usted nos ha robado, vengo a por
nuestra dignidad, vengo a por nuestros derechos, vengo a decirle que no les
tenemos miedo puesto que ya les hemos vencido, vengo a decirle que nuestro rey
somos nosotros mismos y no usted, vengo a decirle que no somos siervos de
ningún amo, vengo a decirle que no somos el peón de su ajedrez, y vengo a
decirle que ya sabemos la verdad, que sabemos quiénes son ustedes , que ya
hemos despertado y sabemos a qué juegan, y por lo tanto vengo a decirle
«majestad» que se acabó el juego, GAME OVER.
hacer que recapacite ni para que se vuelva «bueno», es decir, no
vengo a negociar nada con usted. Solo vengo a por lo que es mío y de mis
hermanos, vengo a por nuestra libertad que usted nos ha robado, vengo a por
nuestra dignidad, vengo a por nuestros derechos, vengo a decirle que no les
tenemos miedo puesto que ya les hemos vencido, vengo a decirle que nuestro rey
somos nosotros mismos y no usted, vengo a decirle que no somos siervos de
ningún amo, vengo a decirle que no somos el peón de su ajedrez, y vengo a
decirle que ya sabemos la verdad, que sabemos quiénes son ustedes , que ya
hemos despertado y sabemos a qué juegan, y por lo tanto vengo a decirle
«majestad» que se acabó el juego, GAME OVER.
Por consiguiente «señor rey», le exijo en mi nombre y en el
de mis hermanos que abandone su trono,
pues como empleado nuestro que es, no ha cumplido sus funciones
correctamente, por lo que usted y su
denso equipo de súbditos quedan despedidos. La empresa se cierra de por vida;
ahora nos toca respirar a nosotros después de siglos enterrándonos en lágrimas,
sangre y terror.
de mis hermanos que abandone su trono,
pues como empleado nuestro que es, no ha cumplido sus funciones
correctamente, por lo que usted y su
denso equipo de súbditos quedan despedidos. La empresa se cierra de por vida;
ahora nos toca respirar a nosotros después de siglos enterrándonos en lágrimas,
sangre y terror.
Jaque mate rey de la corona de hojalata, jaque mate rey de nadie.
FIN DEL
«CUENTO»
«CUENTO»
Firma:
Increatus