¡Ser o no ser! ¡La alternativa es ésta! .Si es a
la luz de la razón más digno. Sufrir los golpes y punzantes dardos De
suerte horrenda, o terminar la lucha En guerra contra un piélago de males. Morir; dormir. ¿Dormir? ¡Soñar acaso! ¡Ah! La rémora es esa; pues qué sueños
podrán ser los que acaso sobrevengan en el dormir profundo de la muerte, ya de
mortal envoltura despojados, suspende la razón: ahí el motivo que a la desgracia dé tan larga vida. ¿Quién
las contrariedades, el azote de la fortuna soportar pudiera, la sinrazón del
déspota, del vano el ceño, de la ley las dilaciones, de un amor despreciado,
las angustias, del poder los insultos, y el escarnio que del menguado el mérito
tolera, cuando él mismo su paz conseguiría con un mero punzón? ¿Quién soportara
cargas, que con gemidos y dolores ha de llevar en vida fatigosa, si el recelo
de un algo tras la muerte, incógnita región de donde nunca vuelve el viajero,
no turbara el juicio, haciéndonos sufrir el mal presente antes que
en busca ir de lo ignorado?
la luz de la razón más digno. Sufrir los golpes y punzantes dardos De
suerte horrenda, o terminar la lucha En guerra contra un piélago de males. Morir; dormir. ¿Dormir? ¡Soñar acaso! ¡Ah! La rémora es esa; pues qué sueños
podrán ser los que acaso sobrevengan en el dormir profundo de la muerte, ya de
mortal envoltura despojados, suspende la razón: ahí el motivo que a la desgracia dé tan larga vida. ¿Quién
las contrariedades, el azote de la fortuna soportar pudiera, la sinrazón del
déspota, del vano el ceño, de la ley las dilaciones, de un amor despreciado,
las angustias, del poder los insultos, y el escarnio que del menguado el mérito
tolera, cuando él mismo su paz conseguiría con un mero punzón? ¿Quién soportara
cargas, que con gemidos y dolores ha de llevar en vida fatigosa, si el recelo
de un algo tras la muerte, incógnita región de donde nunca vuelve el viajero,
no turbara el juicio, haciéndonos sufrir el mal presente antes que
en busca ir de lo ignorado?
W.Shakespeare. Hamlet, Acto 3º, escena 1º
Uno de los enigmas más grandes de la vida, es la muerte. Su misterio genera los más grandes y profundos temores. Filosofías, religiones y ciencia, han conjeturado sobre ella las más variadas creencias y teorías. Pero ¿Qué pasa realmente cuando el cuerpo físico deja de funcionar? ¿Nuestra consciencia perdura o simplemente se desvanece? ¿Es la muerte el fin de la vida o sólo el comienzo de otra? Estas y otras preguntas tienen respuesta aunque les parezca increíble. Por lo menos en lo que se refiere al espacio de transición dimensional, el lugar intermedio entre la vida y la muerte donde la consciencia espera su destino más allá de la realidad.
Para comprender correctamente este maravilloso y extraño proceso, es necesario tener bien claro los conceptos de consciencia artificial , esfera de consciencia y cerebro y mente. Les recomiendo su relectura antes de proseguir, pues es fundamental su comprensión. Primero veremos un nuevo concepto, el de burbujas y esferas mentales. Ya vimos lo que es el cerebro y la mente, pero transcribiré ahora un resumen de su composición física tanto de uno como de otro para su mejor comprensión.
El cerebro no es la mente, es el órgano físico que domina el cuerpo, la mente está unida de cierta forma a él, pero no es el cerebro.
El Cerebro se compone de las siguientes partes:
1. Encéfalo.– Es la parte medular del cerebro formado de sustancia gris. Constituido de neuronas que forman la periferia de todos los órganos que se encuentran en el centro del propio encéfalo, tiene grupos celulares que efectúan funciones específicas. Unas mueven al cuerpo físico por partes, otras controlan el idioma, los procesos mentales, etc. Son verdaderos acumuladores de energía en miniatura.
2. El Tálamo.- Son dos cuerpos ovoides de sustancia gris que se encuentran ubicados bajo los ventrículos del cerebro. Intervienen en la regulación de la sensibilidad y como intermediarios en la recepción y envío de mensajes que llegan del sistema nervioso y que son transmitidos a la masa encefálica.
3. Hipotálamo.- Se ubica bajo el tálamo, contiene a la hipófisis y el quiasma óptico, regula la temperatura.
4. Hipófisis.- Es una glándula de secreción interna, tiene que ver con la regulación del azúcar e insulina en la sangre y se sitúa en la zona del hipotálamo. Se le conoce con el nombre de glándula pituitaria y es denominada en metafísica, como la pantalla mental; lo que nos permite ver imágenes dentro de nosotros.
5. Glándula Pineal.– Regula la voluntad, la vitalidad y la espiritualidad, estimulándola incrementamos nuestra voluntad para vencer malos hábitos y dominarlos, es como un transformador energético que al estimularla debidamente, nos contacta con la mente universal.
6. Bulbo Cefalorraquídeo.- Gobierna la ensalivación, la secreción y movimientos, tanto del estómago como del intestino, regula la actividad del corazón y el calibre de los vasos sanguíneos, también los movimientos de la lengua y de la laringe, tiene importante actividad en el sistema nervioso.
7. Médula Espinal.- Controla los movimientos de tronco y extremidades y es la línea en donde se depositan todos los canales del sistema nervioso central y los ganglios del sistema nervioso simpático, distribuyéndose a todo el cuerpo en células y ramificaciones llamadas «dendritas».
8. Cerebelo.- Regula los movimientos de la mandíbula y los laterales de los ojos.
La Mente en cambio, es la energía cuántica consciente y está formada por un tipo de energía que llamaré plasma, por no encontrar un mejor nombre, con las siguientes características:
1. Siete Quantas cúbicos de materia plasmática heptocúbica forman cada burbuja mental.
2. Los Quantas son partículas cuánticas que trabajan como Fotones.
3. La energía utilizada en el proceso mental es igual al espacio-tiempo de la realidad subjetiva donde se desarrolla.
4. Las Alfas y Analfas son partículas de energía subcuántica producidas por las neuronas.
La mente se conforma por la unión de ocho Quantas, que a su vez se unen con retenes energéticos (como la unión de los átomos en las moléculas) formando un Quanta cúbico de seis caras o lados (planos dimensionales) uno por cada esfera mental (1ª-preconciente, 2ª-subconciente, 3ª-conciente, 4ª-conciente-continuo, 5ª-supraconciente y 6ª-subliminal). Los Quantas cúbicos a su vez se unen en grupos de siete para conformar la forma heptocúbica de la burbuja mental (ver imagen superior), un Quanta cúbico por cada nota de la octava. La unión o enlace de varias formas heptocúbicas da origen a la mente o esferas mentales, éstas son insertadas en las unidades de carbono al nacer y sin ellas no seríamos seres pensantes, pues la consciencia artificial no tendría forma de existir. Estas esferas se interconectan con nuestro encéfalo, con un vórtice (arco de círculo) hacia afuera. Las mentes, por lo tanto, son formas heptocúbicas plasmáticas agrupadas entre sí, que tienen en su parte externa una estructura físico plasmática, y en cuyo interior se alojan las analfas pensantes (partículas de energía subcuántica). En el trabajo energético y metabólico de las neuronas del cerebro, se liberan partículas de energía subcuántica llamadas «alfas», que rápidamente se convierten en «analfas», que funcionan como materia prima virgen para que la primera fase del proceso mental se lleve a cabo por interacción de los sentidos con la realidad. No describiré ahora el proceso por ser largo y complicado, pero luego de finalizar el mismo, los recuerdos y pensamientos quedan archivados en el Quantum en forma de “Burbujas” mentales heptocúbicas para ser recuperados cuando se necesiten, como en la saga de Harry Potter que muestra, como siempre en Hollywood, la realidad disfrazada de ficción. Cuando la unidad de carbono deja de funcionar, y el enlace con el Ser se desconecta, la consciencia artificial se ubica fuera de esta realidad y toma del Quantum las últimas burbujas mentales creadas. A través de éstas, la esfera de consciencia crea mediante proyección holocuántica una realidad “virtual” acorde a la energía espacio-temporal utilizada en el proceso mental de creación de las burbujas mentales. Logrando que la realidad virtual creada sea igual a la realidad subjetiva vivida en los últimos momentos de su existencia física. Ésta realidad virtual es el “espacio de transición dimensional” (ETD), donde la esfera de consciencia habita, mientras siga ubicada en la consciencia artificial. El tiempo de transición es inversamente proporcional al revertimiento de la esfera de consciencia. ¿Qué quiero decir con esto? Que cuanto más cerca esté de su estado original, menos tiempo estará en el ETD. Si usted es sólo consciencia artificial y su esfera de consciencia está totalmente revertida al punto de creer que sólo es materia y que todo termina con la muerte, es muy probable que no se dé cuenta de que ya dejó el cuerpo físico, y repita una y otra vez, como un bucle de recurrencia cíclica, los últimos momentos grabados por la mente en las burbujas mentales recuperadas. Si por el contrario, su esfera de consciencia está ubicada fuera de su consciencia artificial, y usted reconoce y sabe lo que sucedió, automáticamente el enlace del Ser con la esfera se interrumpe, y usted, su Ser, toma las burbujas mentales que fueron grabadas de forma consciente como experiencia adquirida, y se retira a su lugar espacial correspondiente, su hogar estelar, a esperar un nuevo enlace, si es necesario, con otra unidad de carbono de este u otro mundo, en un tiempo pasado, presente o futuro, según le corresponda y disponga con su protector.
Todo el proceso es mucho más complicado que esto, pues entran en juego las líneas de tiempo paralelas, los multiversos, las grabaciones akashicas, las dimensiones, las octavas, etc. Pero en líneas generales es correcto. Esta información fue corroborada feacientemente con experimentos de conexión con el ETD que publicaré posteriormente. La muerte no es el fin de la vida, la muerte es parte de la continuidad de la vida, somos Seres creados por el “Do” y por lo tanto eternos mientras exista el “Do”. Cuanto más conscientes seamos de nosotros mismos, mayor será la sensación de continuidad entre existencia y existencia. Despertar es haber vencido la ilusión de la muerte mediante la consciencia de la vida. Morir; dormir. ¿Dormir? ¡Soñar acaso!….